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martes, 2 de febrero de 2010

Un coche a la fuga con un bebé se empotra en un muro

Un suceso estuvo a punto de terminar en tragedia la tarde del lunes en Portugalete. Un 'BMW' ocupado por dos jóvenes de 21 y 24 años con numerosos antecedentes, una mujer y un bebé, circuló de forma temeraria por las calles del municipio a plena luz del día y estuvo a punto de atropellar a varias personas, entre ellas un ertzaina.
Ocurrió a las seis y media de la tarde. Varios vecinos de la calle Ramón y Cajal de Portugalete llamaron al centro coordinador 112 para alertar de que un turismo estaba poniendo en serio peligro a los viandantes. Además, cuando los peatones les recriminaron su actitud, los ocupantes les increparon, señala la nota de prensa emitida por el Departamento de Interior. Agentes de una patrulla de la Ertzaintza les dieron el alto y el conductor del 'BMW' arrancó entonces de forma súbita y estuvo a punto de arrollar a uno de los policías que se interponía en su camino.
Invasión de la acera
A partir de ese momento se produjo una persecución en la que el turismo en fuga colisionó contra varios vehículos en las calles Florida y José Zaldua. En uno de los choques en esta última calle, el vehículo quedó enganchado por el parachoques. Una brusca maniobra para intentar soltarse le hizo salirse de la calzada, invadir la acera y empotrarse de forma violenta contra un muro.
Los ocupantes salieron del coche y huyeron a pie en distintas direcciones; el copiloto salió corriendo hacia Portugalete, y el conductor, la mujer y el niño, que habían viajado en los asientos traseros hacia el barrio de Kabiezes en la vecina localidad de Santurtzi.
Poco tiempo después todos ellos fueron localizados por la Ertzaintza, que procedió al arrestó del conductor y el copiloto. Los policías comprobaron que los dos jóvenes estaban fichados y su historial, repleto de antecedentes policiales. En este caso se les acusa de atentado contra agentes de la autoridad y de un delito contra la seguridad vial, señala la nota de Interior.
Los testigos que presenciaron la escena la vivieron con estremecimiento. «No mataron a peatones y niños que se encontraban en el parque porque Dios no quiso. Podía haber sido terrible, el coche iba descontrolado, ahora estaríamos hablando de otra cosa», explicaba un vecino. «Cuando el coche se empotró en el muro había niños jugando», añadía una joven.

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