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jueves, 10 de marzo de 2011

Último adiós al guardia civil que falleció ayer en un accidente de moto

Decenas de agentes asistieron esta mañana al sepelio en la iglesia de San Martín para despedir al alferez-jefe del Destacamento de Tráfico de Trujillo, Bartolomé Delgado Cívico, que murió ayer en un accidente de circulación en acto de servicio. Este guardia perdió el control de la motocicleta al cruzarse un perro en el kilómetro 168, de la la autovía A-5. El director general de la Guardia Civil, Francisco Javier Velásquez estuvo acompañado por la delegada del Gobierno, CArmen Pereira, así como por distintos mandos de la Benemérita. Antes de iniciar la misa funeral oficiada por el vicario general de la Diocesis de Plasencia, Francisco Vico, el agente fallecido fu condecorado con la cruz de plata al mérito del Guardia Civil. Duante el acto, hubo distintas muestra de dolor en una iglesia que estuvo llena de compañeros, así como la plaza Mayor.
Una vez que terminó el funeral, el cuerpo ha sido trasladado a la población de Hueva de Cortegana, lugar de origen de la familia de la mujer, donde será enterrado en un acto que tendrá lugar a la cinco de la tarde.
Nada más se supo la noticia, no dejaron de llegar los mandos al Cuartel de la Guardia Civil de Trujillo. También se acercó el subdelegado del Gobierno, Fernando Solís. La situación lo requería. El alferez-jefe del Tráfico Bartolomé Delgado Cívico falleció ayer en un accidente de circulación ocurrido en la autovía A-V, sentido Badajoz. Fue en el punto kilométrico 268, en el término municipal de Santa Cruz de la Sierra, cerca de Trujillo.
Los hechos ocurrieron a las 11.45 horas. Acababa de salir del cuartel para hacer su servicio. Un perro que cruzaba la calzada provocó el suceso. Todo apunta a que al intentar esquivarlo el alférez perdió el control de su motocicleta y chocó con el quitamiedos, que le despidió fuera de la carretera, según fuentes cercanas a la Guardia Civil. El primero en auxiliarle fue su compañero. Posteriormente, el agente falleció debido a la gravedad de las heridas, sin que pudiese hacer nada el equipo sanitario que se acercó al lugar de los hechos. Su cuerpo, fue trasladado al Anatómico Forense de la capital cacereña. El perro, que tenía microchip, también murió.
Bartolomé Delgado, o Bartolo, como se le conocía, ingresó en el cuerpo en 1990 y tenía 40 años de edad. Estaba casado. Tenía una mujer y dos hijas, de 10 años y 7 años. Era natural de la localidad cordobesa de Villar del Río. Tan solo llevaba en el destacamento de Trujillo desde mayo de 2010 como alférez-jefe, aunque ya había estado en la localidad trujillana como cabo en otra época. Esta experiencia le hacía conocer bien el territorio, así como a muchos de sus compañeros.
Por este motivo, entre otros, era una persona querida no solo en el destacamento sino también en otros lugares de la provincia. «A pesar de ser un mando, se consideraba uno más, se podía hablar con él sin problemas», asegura un agente con voz de resignación. Otro compañero confirma que era una «excelente persona, muy trabajador. Hacía más horas incluso que nosotros».
A Bartolomé Delgado le encantaba su trabajo y sobre todo estar fuera de los despachos, según personal de la Guardia Civil. También era un enamorado de las motos.
Los restos mortales del agente llegaron al tanatorio de Servisa en Trujillo escoltado por agentes del Subsector de Tráfico. Allí se instaló la capilla ardiente. Hasta el lugar se desplazaron la delegada del gobierno y el General de la Guardia Civil en Extremadura para dar el pésame a la familia, según fuentes oficiales



http://www.hoy.es/v/20110301/regional/muere-guardia-civil-accidente-20110301.html

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